El trastorno bipolar es una afección de salud mental que se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, la energía y la actividad. Se estima que afecta a aproximadamente 40 millones de personas en todo el mundo, lo que representa aproximadamente el 0.49% de la población mundial actual.
Las personas que lo padecen experimentan episodios de manía, donde se sienten eufóricas, llenas de energía y creatividad, seguidos de episodios de depresión, donde se sienten tristes, desesperanzadas y con poca energía.
Esta constante fluctuación de estados anímicos puede afectar significativamente la vida diaria y las relaciones interpersonales de quienes padecen el trastorno bipolar. Aunque la causa exacta se desconoce, se cree que factores hereditarios, ambientales y bioquímicos del cerebro juegan un papel importante.
Síntomas y tratamiento
El trastorno bipolar se clasifica, según el DSM-5, en dos tipos principales: el tipo I, el cual se caracteriza por episodios maníacos que pueden incluir síntomas psicóticos (desapego de la realidad), y el tipo II, que presenta episodios hipomaníacos menos intensos junto con episodios depresivos fuertes.
Los síntomas del trastorno bipolar incluyen cambios extremos en el estado de ánimo, energía y actividad, desde euforia y alta energía hasta tristeza profunda y fatiga. El tratamiento para este padecimiento se basa principalmente en medicamentos como estabilizadores del ánimo y antipsicóticos, junto con terapia cognitivo-conductual.
Arte y Bipolaridad
El trastorno bipolar juega un papel muy importante en la vida de las personas que lo padecen y practican una disciplina artística.
Grandes artistas como Edvard Munch, autor de “El Grito”, quien padecía bipolaridad, expresaban que era a la “locura” (referido a un episodio maníaco) a quien daban gracias por las ideas. “Mis problemas son parte de mí y de mi arte; si los destruyera, destruiría mi arte. Quiero mantener mis sufrimientos”, escribió Munch en su diario.
Sin embargo, este trastorno mental también se ha llevado a otros ilustres artistas como a la influyente Virginia Woolf.
En en su carta de suicidio dirigida a su esposo expresó: “Cariño, creo que voy a enloquecer de nuevo. Siento que no podemos atravesar otro de esos tiempos horribles. Y esta vez no me recuperaré. Comienzo a escuchar voces y no puedo concentrarme. Así que voy a hacer lo que creo que es lo mejor”. La escritora también padecía de trastorno bipolar.
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