El Alzheimer, ¿qué es? y ¿por qué cada vez que veo o escucho este concepto lo asocio con mayores de edad o con la pérdida de la memoria?. Si sabes lo mismo que yo sobre esta enfermedad y tienes interés en saber mucho más, este artículo es para tí.
Mi experiencia con el Alzheimer, un giro en 180°
Mi nombre es Alyson, soy una estudiante de Periodismo de la Universidad de Concepción. Nací y crecí en Chillán, junto a mis padres y mis abuelas (materna y paterna).
Al día de hoy mis abuelas tienen 68 años y la otra 84, respectivamente. Muchos aspectos de mí misma y de mi vida actual serían distintos si mis abuelas no hubiesen estado presentes en mi infancia.
Pero naturalmente, las personas envejecen, el tiempo pasa y las personas que eran adultas en tu niñez ya no son igual de energéticas y fuertes en tu adultez. Mi abuela de 84 años padece de Alzheimer y está pasando de la fase moderada a la grave. Se siente como vivir en una pesadilla.
Que terrible ver a quién te crió en un estado tan deteriorado en el que su propia mente y sus recuerdos se van desvaneciendo. Es una enfermedad que parece ser inadvertida en los adultos mayores. Este padecimiento, que puede avanzar muy rápido, cambia tu vida y la de todo tu entorno por completo.
¿Por qué decidí investigar acerca de esto? Porque quiero ayudar en la rápida detección de esta enfermedad, que no tiene cura, pero sin embargo puede ser tratada para retrasar su aparición. Incluso, según lo señala el neurólogo Guillermo García Ribas “retrasar su aparición a tiempo puede hacer que ésta no se presente nunca”.
¿Qué es en realidad esta afección?
Según un artículo científico de la Revista de posgrado de la vía cátedra de medicina «la enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurológico que provoca la muerte de las células nerviosas del cerebro».
¿Esto qué quiere decir? Puede entenderse como la muerte progresiva de las neuronas. Esto provoca un desgaste cerebral y la persona afectada comienza a deteriorarse a tal punto que empieza a depender de otras personas para realizar sus labores diarias, va perdiendo sus capacidades cognitivas y comienza a tener conductas problemáticas o agresivas. En su etapa final, el Alzheimer conduce a esa persona a la demencia y finalmente, la muerte.
Esta enfermedad tiene una duración bastante variable, pero el rango estimado de tiempo es de 10 a 12 años.
Investiguemos acerca de su origen
El Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés) nos plantea que el Alzheimer es una enfermedad genética.
¿Acaso el Alzheimer es hereditario?
Lo es, al ser una enfermedad genética se convierte también en una afección hereditaria, pero todo depende de cada persona. Existen personas que poseen antepasados que sufrieron esta enfermedad que no necesariamente desarrollaron o desarrollarán Alzheimer. Igualmente esta puede ser esporádica, la enfermedad puede presentarse en personas que no tienen el alzheimer en su historial familiar.
¿Cuál es el gen afectado?
Esto mismo también varía según el tipo de Alzheimer al que nos referimos. Existe el Alzheimer de inicio tardío y de inicio temprano.
Debes estar pensando, ¿Inicio temprano? ¿Esto se da en la niñez? Y la respuesta es no. El inicio temprano se da entre los 30 y 65 años de edad, en alrededor del 10% de los casos de Alzheimer; y la de inicio tardío (el que comúnmente conocemos) se presenta entre los 65 años o más.
En el inicio temprano, según la NIA: «La causa cualquiera de una serie de mutaciones de un solo gen en los cromosomas 21, 14 y 1. Cada una de estas mutaciones hace que se formen proteínas anormales. Las mutaciones en el cromosoma 21 causan la formación de una proteína precursora amiloidea anormal».
Principales síntomas del Alzheimer
La sintomatología es un factor muy importante. Mientras más pronto es diagnosticado el trastorno, más rápido se podrá iniciar su tratamiento. Según la Alzheimer’s Association las señales para detectar el Alzheimer se dividen con respecto a la fase en la que se encuentre la persona:
1. Fase inicial
- Tener problemas para pensar en la palabra o el nombre correctos para referirse a algo o alguien
- Complicaciones para recordar nombres de personas nuevas
- Problemas para realizar tareas en entornos sociales o laborales
- Olvidar algo que acabas de leer
- Perder objetos valiosos
- Inconvenientes al planificar u organizar cosas
2. Fase moderada
- Olvidar eventos o información importante
- Sentir malhumor, en especial si se trata de situaciones social o mentalmente exigentes
- No recordar la dirección o el número de teléfono propios
- Confundir la ubicación en la que te encuentras y/o fecha actuales
- Necesitar ayuda para seleccionar un atuendo adecuado para cierta ocasión
- Dificultad para controlar la necesidad de ir al baño
- Desorden en los patrones de sueño, como dormir durante el día y tener insomnio durante la noche
- Desorientarse y/o perderse
- Fuertes cambios en la personalidad y el comportamiento, como el recelo y el delirio
- Comportamiento repetitivo, como retorcer las manos o cortar papeles
3. Fase grave
- Necesidad de asistencia todo el tiempo con tus actividades diarias y cuidado personal
- No tener la noción de experiencias recientes y los hechos que te rodean
- Experimentación de cambios en las capacidades físicas, incluida la capacidad de hablar, sentarse y, eventualmente, tragar
- Dificultades y problemas a la hora de comunicarte
- Vulnerabilidad a infecciones, especialmente neumonía
Conclusión
Ten en cuenta que hay que visibilizar esta enfermedad y evitar a toda costa la desinformación, ya que muchas veces se le confunde con olvido común o se le tiende a atribuir a la vejez. Esta enfermedad es muy grave y afecta a la persona en tal nivel que todo tu entorno se ve afectado, pero tenemos que tomar las riendas de la situación y mantener la calma.
Si tienes un familiar o conocido que posea esta enfermedad, sabrás que se requiere mucho amor y paciencia para tratarlo.
Este trastorno tan delicado puede generar delirio, y en este caso lo que menos se recomienda es llevarle la contraria a la persona, ya que su enfermedad es la que altera toda la visión que posee de la realidad y si la enfrentas, generarás que la persona afectada desconfíe de tí.
Comportémonos de manera amable, hagamos que el pasar de la vida de quien posee Alzheimer sea de la manera menos dolorosa posible.
En fin, recordemos ser más humanos y que ¡el amor es el idioma universal!.
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