El cáncer es un gran grupo de enfermedades que tienen una característica en común: la replicación anormal de células. Mientras más células mutadas se dividen, empiezan a formar tumores en una parte específica del cuerpo, que luego puede extenderse a otras partes del cuerpo (proceso que se llama metástasis). Cuando el cáncer viaja a otros órganos, causa problemas en su funcionamiento, hasta que causan la muerte de la persona.
Desde hace mucho tiempo, se han desarrollado muchos tratamientos para este conjunto de enfermedades, pero el que más se ha usado históricamente es la extirpación quirúrgica de los tumores malignos. Más adelante, tras la Primera Guerra Mundial, un químico particularmente tóxico y devastador conocido como «gas mostaza», el cual se usó como arma, llamó la atención de los científicos por su capacidad de matar células de la médula ósea. Ya que estas células sanguíneas se replicaban rápidamente, al igual que las células cancerígenas, decidieron probar con compuestos derivados del gas mostaza, lo cual dio origen a otro tratamiento muy utilizado para el cáncer: la quimioterapia.