El cambio climático está teniendo fuertes y continuos efectos devastadores en algunos de los lugares más emblemáticos del planeta, desde los polos hasta las selvas tropicales. En la Antártida, el calentamiento global ha causado una acelerada y gran pérdida de hielo en distintas áreas como la Antártida Occidental y la Península Antártica, donde el deshielo se ha multiplicado desde principios del siglo XXI. El continente ha perdido más de tres billones de toneladas de hielo desde 1992, contribuyendo al aumento global del nivel del mar y afectando gravemente a especies como el krill, fundamental para la red trófica marina.
Este fenómeno no es exclusivo de los polos. Lugares como el Kilimanjaro en África están viendo desaparecer sus glaciares, que podrían extinguirse en las próximas décadas. En Australia, la Gran Barrera de Coral se enfrenta a una crisis de blanqueamiento, con grandes partes de su ecosistema coralino colapsando debido a la subida de las temperaturas oceánicas. La situación es crítica también en áreas como el Parque Nacional de los Glaciares en Estados Unidos, que ha perdido la mayoría de sus glaciares en menos de un siglo.
Además, la acidificación de los océanos, consecuencia del aumento del CO2, está afectando a especies como los corales y organismos marinos calcáreos, lo que amenaza tanto la biodiversidad como la economía de comunidades que dependen del mar.
Estos lugares impactados por el cambio climático evidencian las graves consecuencias que se están presenciando en el mundo. Desde el Ártico hasta las montañas de Sudamérica, el calentamiento global está alterando grandemente los ecosistemas enteros, y la lucha por proteger estos lugares se vuelve cada vez más urgente. La importancia de estos lugares va más allá de su belleza natural, ya que tambien estas zonas son esenciales para el equilibrio ecológico global y la supervivencia de múltiples especies.