Las nuevas tecnologías ecológicas han avanzado a casi todos los aspectos de la vida actual, incluidos los autos eléctricos, hoy una realidad. Los vehículos que funcionan mediante la quema de combustibles fósiles y no renovables han dominado el mundo del transporte desde el inicio de los tiempos. Sin embargo, en los últimos años, nuevas formas de funcionamiento vehicular aterrizaron para quedarse.
Los autos eléctricos son, en esencia, un producto moderno. Si bien han existido prototipos desde inicios del siglo XX, en los últimos años, como dijimos, su masificación llegó. Sus diferencias son estructurales si lo comparamos con un vehículo común y corriente, a saber:
- No emiten gases de efecto invernadero, puesto que el motor eléctrico no genera desechos inmediatos. Esto reduce la contaminación del aire.
- Al mediano y largo plazo, su motor es más eficiente que uno de combustión. Esto, por la capacidad de auto regeneración de las baterías.
- En el mismo plazo de tiempo, resulta ser más económico. Las mantenciones y cargas eléctricas son más baratas que el precio de los combustibles, repuestos y elementos técnicos propios de motores comunes.
- La oferta ha aumentado considerablemente. En cuanto a segmentos y valores, se asemejan a vehículos comunes.
¿Cómo funcionan los autos eléctricos?
Los autos eléctricos funcionan de forma diametralmente opuesta a los autos comunes. En los vehículos a bencina o petróleo se quema el combustible y se genera movimiento al motor. Aquí, en cambio, se transmite la corriente continua de la batería en corriente alterna fluyendo por el inversor. Esta pieza, además, regenera la batería mediante el freno. Posterior a recibir el flujo energético, el motor lo transforma en movimiento cinético, que permite que el auto avance.
Las peculiaridades de los vehículos eléctricos lo hacen siempre ser de transmisión automática. Además, sus prestaciones suelen ser más, acorde a los sistemas internos que permiten más prestaciones.